Wen Tzu

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Lao Tse dijo: Cuando la sociedad está a punto de perder su vida esencial, es como la emergencia de la energía negativa: el liderazgo es ignorante, se descuida el Camino, muere la virtud.

Se emprenden proyectos que no están en armonía con la Naturaleza, se dan órdenes que constituyen una violación de las cuatro estaciones.

El verano y el otoño disminuyen su armonía, el cielo y la tierra son exprimidos de su virtud.

Los gobernantes en sus tronos están incómodos, los grandes se ocultan y no hablan, los ministros promueven las ideas de los que están arriba incluso en detrimento de la normalidad.

La gente extraña a sus parientes, pero recibe a los villanos, utiliza el halago para estratagemas secretas; se compite por mantener gobernantes corruptos, acompañándolos en su caos para llegar a sus propias metas.

En consecuencia, gobernantes y gobernados están reñidos y mantienen relaciones amistosas cuando se aparta a los familiares y éstos no permanecen juntos.

En los campos no hay brotes erguidos, en las calles no hay paseantes.

Se extraen las arenas auríferas, se cogen las piedras preciosas, se capturan las tortugas por sus conchas y se les saca las entrañas.

Se practica la adivinación cada día; el mundo entero está desunido.

Los gobernantes locales establecen leyes que difieren entre sí, y cultivan costumbres antagónicas.

Sacan la raíz y abandonan la base, elaborando códigos penales para endurecerlos y hacerlos rigurosos, luchando con armas, exterminando al pueblo llano, asesinando a su mayor parte.

Levantan ejércitos y causan problemas, atacando las ciudades y matando al azar, derribando lo elevado y poniendo en peligro lo seguro.

Fabrican grandes vehículos de asalto y fortalezas reforzadas para repeler tropas de combate, y hacen que sus batallones vayan a misiones mortales.

Contra un formidable enemigo, de cien que van, sólo uno regresa; quienes llegan a hacerse una reputación para sí mismos tal vez consigan parte del territorio anexionado, pero esto cuesta cien mil muertos en combate, además de innumerables adultos y niños que mueren de hambre y frío.

Después de esto, el mundo nunca puede estar en paz en su vida esencial y disfrutar sus maneras de actuar habituales.

Así, las personas conscientes y los sabios se elevan y la mantienen con la virtud del Camino, y la ayudan con humanidad y justicia.

Quienes están cerca promueven su sabiduría, mientras quienes están a distancia toman su virtud a pecho.

El mundo se funde en uno, y los descendientes se ayudan unos a otros generación tras generación para liberarse de los comienzos de la traición, detener la persuasión ilógica, eliminar las leyes crueles, liberarse de los deberes que causan problemas y arduos deberes, detener los efectos del rumor y de la murmuración, cerrar las puertas al partidismo, minar los cocientes de inteligencia para adaptarse a la normalidad general, ignorar el cuerpo y disminuir el intelecto para comulgar ampliamente con lo desconocido y diferenciado, al igual que cada cosa retorna a su raíz.

Incluso los sabios no pueden crear un tiempo; lo que hacen es evitar perder el tiempo cuando éste llega.

Esta es la razón por la que no mueren.