Lao Tse dijo: Los gobiernos de las épocas degeneradas extraían los minerales de las montañas, tomaban metales y gemas, partían y pulían conchas, fundían bronce y hierro; así pues, nada florecía.
Abrían los vientres de los animales preñados, quemaban los prados, volcaban los nidos y rompían los huevos; así, los fénix no alcanzaban el vuelo y los unicornios no vagaban libremente.
Cortaban los árboles y construían edificios, quemaban los bosques para los campos, sobrepescaban en los lagos hasta el agotamiento.
Amontonaban la tierra para poder vivir en las colinas, y cavaban el suelo para poder beber de los pozos.
Hacían más profundos los ríos para fabricar presas, construían murallas en las ciudades que consideraban seguras, cercaban a los animales y los domesticaban.
De este modo, se confundía el yin y el yang: las cuatro estaciones perdían su orden, el trueno y el rayo causaban destrucción, el granizo y la helada causaban perjuicio.
Muchos seres morían temprano, las plantas y los árboles se agostaban en verano, los principales ríos dejaban de fluir.
Las montañas, los ríos, los valles y los cañones eran divididos y se les ponía límites; se calculaba el tamaño de los grupos y se les hacía tener un número específico.
Se construían maquinarias y barricadas para la defensa, se regulaba el color de los vestidos para diferenciar las clases socioeconómicas, se imponían recompensas a los buenos y castigos a los indignos.
De esta manera se desarrollaron las armas y surgió la lucha; a partir de aquí empezó la matanza de los inocentes.