Wen Tzu

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Lao Tse dijo: Actuar de acuerdo con la esencia se llama el Camino; alcanzar esa esencia natural se llama virtud.

Cuando se pierde la esencia, se valoran la humanidad y la justicia; cuando se definen la humanidad y la justicia, se ignora la virtud.

Cuando desaparece la simplicidad pura, se adornan las maneras y la música; cuando toman forma lo correcto y lo incorrecto, las personas ordinarias quedan cegadas.

Cuando se valoran perlas y jades, todo el mundo lucha por ellos.

La etiqueta es una manera de distinguir a los nobles del pueblo común; la justicia es una manera de armonizar las relaciones humanas.

La etiqueta de la sociedad actual significa actuar con cortesía, y que quienes practican la justicia den y reciban; pero los gobernantes y los ministros se critican entre sí sobre estos asuntos, y los parientes riñen sobre los mismos.

Así pues, ocurre que cuando se acumula el agua las criaturas se comen unas a otras, y cuando se acumula la tierra los animales se vuelven caníbales, y cuando se adornan las maneras y la música éstas producen engaño y artificio.

Los gobiernos de la sociedad de los últimos días no han acumulado las necesidades de la vida; han diluido la pureza del mundo, destruido su simplicidad y hecho que el pueblo esté confuso y hambriento, convirtiendo la claridad en oscuridad.

La vida es pasajera y todo el mundo se esfuerza alocadamente.

La honradez y la confianza han desaparecido, las personas han perdido su naturaleza esencial; la ley y la justicia están reñidas, las acciones son contrarias a lo que es beneficioso.

Con los pobres y los ricos derrocándose entre sí, no puedes distinguir a los gobernantes de los esclavos.

Si hay más que suficiente, las personas ceden; si hay menos que suficiente, compiten.

Cuando ceden, se desarrolla la justicia y la cortesía; cuando compiten, surgen la violencia y la confusión.

Así pues, cuando hay muchos deseos, no disminuyen las preocupaciones, ya que para quienes buscan el enriquecimiento, nunca cesa la lucha.

Por ello, cuando una sociedad está en orden, las personas ordinarias son constantemente honradas y no pueden ser seducidas por las ganancias o las ventajas.

Cuando una sociedad está alborotada, los miembros de las clases gobernantes hacen el mal, pero la ley no puede detenerles.