Wen Tzu

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Lao Tse dijo: El yin y el yang moldean miríadas de seres; todos ellos han nacido de una sola energía.

Cuando los corazones de quienes están arriba y los corazones de quienes están abajo se consideran extraños entre sí, se evapora la energía.

Cuando los gobernantes y los ministros no están en armonía, no maduran las cinco clases de cereales.

El frío en primavera, el brote en otoño, el trueno en invierno y la helada en verano todos ellos son productos de energía destructiva.

El espacio entre el cielo y la tierra es el cuerpo de un solo ser; todo dentro del universo es la forma de un ser.

Por ello, quienes entienden su naturaleza esencial no pueden ser amenazados por el cielo y la tierra; quienes entienden las correspondencias no pueden ser confundidos por cosas extrañas.

Los sabios conocen lo remoto por medio de lo cercano, considerando multitud de leguas como la única y la misma.

Cuando se evapora la energía en el cielo y la tierra, no quedan entonces establecidas la cortesía, lucha; por esto se valora la justicia, la modestia y la conciencia, y todas las personas se exceden entre sí; todavía están presentes la violencia y la crueldad en medio de una vaguedad indistinta.

Cuando decaen la modestia y la conciencia, después degenera la sociedad.

Cuando existen muchas demandas y pocos bienes, la gente trabaja arduamente sin poder ganar el sustento necesario.

El pueblo bajo es pobre y miserable, surgiendo de este modo la cólera y la la humanidad.

Se degrada a la gente y se la hace desigual, camarillas y facciones presionan en aras de sus propios intereses, los corazones están llenos de maquinaciones y de engaños astutos; por esto es por lo que se valora la justicia.

Los hombres y las mujeres se mezclan de manera indiscriminada; por esto es por lo que se valora la cortesía.

El sentido y la esencia de la vida es ingobernable, carente de armonía cuando se ve presionada por la necesidad; por esto es por lo que se valora la música.

Así, la humanidad, la justicia, la cortesía y la música son medios de poner remedio a la decadencia; no constituyen la vía hacia un gobierno que comprende.

Si puedes usar verdaderamente la iluminación espiritual para organizar el país, de manera que la mente retorne a su origen, la naturaleza del pueblo será entonces buena.

Cuando la naturaleza del pueblo es buena, el yin y el yang del cielo y de la tierra se armonizan con ella y la envuelven.

Entonces hay suficientes bienes y el pueblo está adecuadamente abastecido; no pueden surgir en él las actitudes de codicia, mezquindad, cólera y lucha.

No se emplean la humanidad y la justicia, pero el Camino y su virtud organizan el país, y el pueblo no se complace en la ostentación.

De este modo, sólo después de que decae la virtud el pueblo se viste de humanidad y justicia.

Sólo después de que se pierde la armonía el pueblo embellece la música.

Sólo después de que la conducta social se vuelve disoluta, el pueblo adorna sus apariencias.

Por ello, sólo después de que conoces la virtud del Camino sabes que la humanidad y la justicia no valen la pena de ser practicadas, y sólo después de que conoces la humanidad y la justicia sabes que los ritos y la música no valen la pena de ser cultivados.