Wen Tzu

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Lao Tse dijo: El cielo ama su vitalidad, la tierra ama sus constantes, la humanidad ama sus sentimientos.

La vitalidad del cielo es el sol y la luna, las estrellas y los planetas, el trueno y el relámpago, el viento y la lluvia.

Las constantes de la tierra son el agua, el fuego, el metal, la madera y el suelo.

Los sentimientos de la humanidad son el pensamiento, la inteligencia y las emociones.

Así pues, acerca las puertas y los senderos de los sentidos y te fundirás con el Camino; la luz del espíritu se oculta en la no forma, la vitalidad y la energía retornan a la realidad.

Los ojos son claros sin necesidad de mirar, los oídos son agudos sin necesidad de escuchar, la mente es racional sin necesidad de pensar.

Dejar ser sin planificar, conocer sin disimular; por tratarse del conocimiento a través de la realización del verdadero estado de la esencia y de la vida, no puede causar daño.

Cuando la vitalidad está en los ojos, éstos ven claramente.

Cuando está en los oídos, éstos oyen con agudeza.

Cuando se reúne en la mente, los pensamientos son penetrantes.

Por ello, cuando cierras las puertas de los sentidos, no tienes problemas durante toda tu vida; las piernas y los orificios ni mueren ni nacen.

A esto se llama ser un humano real.