Se gobierna un reino mediante leyes ordinarias; se hace una guerra con movimientos extraordinarios; pero se gana el mundo dejándolo estar.
¿Cómo sé que esto es así? ¡Por lo que se halla en mi interior! Cuantos más tabúes y prohibiciones haya en el mundo, más pobre se hace la gente.
Cuantas más afiladas sean las armas que la gente posee, mayor confusión reina en el país.
Cuanto más listas y astutas sean las gentes, con mayor frecuencia suceden cosas extrañas.
Cuanto más completas se promulguen leyes y decretos, más malhechores y ladrones aparecen.
Por ello, el Sabio dice: Yo no actúo, y la gente se transforma sola.
Amo la quietud, y la gente se encauza de manera natural.
No emprendo ningún negocio, y la gente prospera.
No tengo deseos, y la gente retorna a la Simplicidad.