Aprender consiste en acumular conocimiento día a día; la práctica del Tao consiste en reducirlo día a día.
Sigue reduciendo y reduciendo hasta alcanzar el estado de No-Hacer.
No-Hagas, y, sin embargo, nada queda sin hacer.
Para ganar el mundo, se debe renunciar a todo.
Si se tiene todavía intereses personales que servir, nunca se será capaz de ganar el mundo.