¿Pretende alguien conquistar el mundo y hacer lo que quiera con él? No veo cómo podría tener éxito.
El mundo es un recipiente sagrado que no puede ser manipulado ni dominado.
Manipularlo es estropearlo, y dominarlo es perderlo.
De hecho, existe un tiempo para que todas las cosas vayan delante, y existe un tiempo para que vayan detrás; un tiempo para respirar despacio y otro para hacerlo deprisa; un tiempo para crecer en fortaleza y otro para declinar; un tiempo para subir y otro para bajar.
Por ello, el Sabio evita los extremos, los excesos y las extravagancias.