Si deseas obtener mérito y hacerte uno con lo divino, desarrolla entonces tu virtud y extiéndela Hacia el mundo.
Abandona teologías fantasiosas e ideas imaginarias y realiza algún trabajo cotidiano ordinario como la curación.
Abandona todo conflicto y lucha.
Practica la bondad inquebrantable y la paciencia sin fin.
Evita seguir los impulsos y perseguir las ambiciones que destruyen la plenitud de tu mente y te separan del Camino Integral.
Nunca te obsesiones con las circunstancias ni renuncies a tener conciencia de ellas.
Para dirigir tu mente, has de saber que no existe nada; por tanto, abandona todo apego en la nada.