La mayoría de las religiones del mundo sólo sirven para reforzar los apegos a los falsos conceptos como los del yo y otros, vida y muerte, cielo y tierra.
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Quienes quedan atrapados en estas falsas ideas quedan impedidos para percibir la Unidad Integral.
La suprema virtud que se puede ejercer es aceptar la responsabilidad de descubrir y transmitir la verdad total.
Algunos ayudan a los demás para recibir recompensas y admiración.
Esto carece simplemente de sentido.
Algunos se cultivan a sí mismos, en parte para servir a los demás, y en parte para servir a su propio orgullo.
En el mejor de los casos, entenderán la mitad de la verdad.
Pero a aquellos que se mejoran a sí mismos por el mundo, a esos les será revelada toda la verdad del universo.
Así pues, busca esa verdad total, practícala en tu vida cotidiana y compártela humildemente con los demás.
Así entrarás en el reino de lo divino.