Lao Tse dijo: La gente de los antiguos tiempos que se mantenían a sí mismos se recreaban en la virtud y no les importaba la humildad, así la reputación no podía afectar su voluntad.
Se recreaban en el Camino y no les importaba la pobreza, así el beneficio no podía alterar sus mentes.
Por ello, eran sobrios, aunque capaces de gozo, tranquilos y capaces de estar serenos.
Utilizar el tiempo limitado de una vida para preocuparse y dolerse del caos del mundo es como llorar sobre un río para acrecentar su agua por miedo a que se seque.
Quienes no se preocupan del caos del mundo, sino que gozan del orden en sus propios cuerpos pueden ser aceptados a una conversación sobre el Camino.