Lao Tse dijo: La abstracción tranquila y la luminosidad del corazón son maneras de alimentar la vida.
La felicidad armoniosa y el desinterés vacío son maneras de asegurar la virtud.
Cuando las cosas externas no te perturban internamente, tu naturaleza encuentra lo que le conviene; cuando la quietud no acepta la armonía, la virtud descansa en su sitio.
Si alimentas siempre la vida y aceptas la virtud, a esto puede llamársele capacidad de comprender y encarnar el Camino.
Cuando éste es el caso, no hay bloqueo estancado en las venas sanguíneas, ni energías acumuladas en los órganos; ni la calamidad o la fortuna pueden molestarte, ni las críticas o los halagos pueden engañarte.
¿Quién puede tener éxito a menos que tenga su tiempo? Incluso si las personas poseen talento, si no encuentran el tiempo adecuado, no pueden todavía liberarse a sí mismas, especialmente si les falta el Camino.
Los oídos de alguien cuyos ojos están examinando la punta de un pelo fino no oyen el restallar del trueno; los ojos de alguien cuyas orejas están afinando un instrumento musical no ven una enorme montaña.
Así, cuando existe la fijación de la atención en pequeñas cosas, se olvidan las grandes cosas.
Ahora todo llega y desgasta nuestras vidas, extrayendo de nuestra vitalidad como si fuera una primavera.
Aunque queramos negarnos a estar sometido a esto, ¿podemos lograrlo? Ahora bien, si quisiéramos aclarar una taza de agua, se necesita al menos un día antes de que podamos ver nuestras cejas y parpadeos reflejados en ella; pero basta sólo con un movimiento para hacerla tan turbia que no podamos ver nada más en ella.
Al igual que una taza de agua, el espíritu vital en los seres humanos es difícil de aclarar y fácil de enturbiar.