Lao Tse dijo: Los señores tienen nombres, pero nadie sabe su verdadera condición.
Los señores valoran su virtud, los reyes valoran su justicia, los hegemónicos comprenden los designios.
El Camino de los sabios carece de posesividad hacia ninguna cosa.
Sólo después de que el Camino se estrecha es cuando concede el conocer; es sólo después de que se diluye la virtud cuando concede el castigo; es sólo después de que la percepción se hace superficial cuando concede el examen.
Cuando se permite que el conocimiento domine, hay perturbación en la mente.
Cuando se permite que el castigo domine, hay amargura entre gobernantes y gobernados.
Cuando se permite que el examen domine, los de abajo buscan mejorar el servicio de los de arriba, haciéndose así corruptos.
Por ello, los sabios evolucionan de acuerdo con el cielo y la tierra; así, sus virtudes cubren como el cielo y soportan como la tierra.
Guían a la gente de acuerdo con los tiempos, así, su modo de vida es rico.
Enriquecen su modo de vida, y la gente está en orden; aunque fueran sabios espirituales, ¿por qué deberían cambiar esto? Desapégate del conocimiento intelectual, minimiza los castigos, y regresa a la claridad y a la calma; entonces la gente se mantendrá en el camino correcto de manera natural.
El liderazgo del Camino es sacerdotal; es solemne, misteriosamente silencioso, aunque el mundo entero recibe su bendición.
Cubre a una sola persona sin ser demasiado ancho, cubre a diez mil personas sin quedarse estrecho.
Por ello, el favor excesivo y la pureza excesiva son ambas contrarias al Camino.
Quienes hacen favores dan generosamente, pero si recompensan abundantemente a quienes no han realizado nada y otorgan altos rangos a quienes no han hecho ningún trabajo, entonces las personas que están empleadas serán perezosas en sus cargos y quienes viven sin nada que hacer estarán listos para medrar.
Dureza significa ejecución arbitraria que resulta en la muerte del inocente.
Cuando quienes practican el Camino son castigados, entonces las personas que se hallan en un camino de autorrealización no serán alentadas a la bondad y los malvados rápidamente violarán la ley.
El favoritismo crea traición, la dureza crea desorden.
Costumbres traicioneras y desordenadas constituyen el estilo de una nación moribunda.
Por ello, cuando una nación ejecuta a los criminales, no quiere decir que el gobernante esté enfadado; y cuando una corte ofrece recompensas, el gobernante no tiene nada que ver en ello.
Los criminales no guardan resentimiento al gobernante, porque sus castigos se ajustan a su crimen, y quienes son recompensados no se sienten en deuda con el gobernante, porque la recompensa fue originada por su propio logro.
Cuando los castigos y las recompensas de la gente proceden de ellas mismas, realizan su trabajo sin recibir regalos de los demás.
Entonces las cortes están vacías y no tienen asuntos que tratar, mientras que los campos están despejados y libres de contaminación.
Así pues, de los verdaderos grandes líderes generalmente sólo se sabe que existen.
El Camino Real consiste en manejar asuntos no planeados y llevar a cabo una instrucción sin palabras, clara, tranquila y sin perturbación.
Es unificada e inconmovible, delegando autoridad a los subordinados según el flujo de los acontecimientos, siguiendo la marcha de los logros sin fatigarse.
Los planes no son erróneamente calculados, lo que se emprende no es excesivo, las palabras no son adornadas, las acciones no se formalizan para mostrarlas.
Y absteniéndose según la ocasión, la actividad y la pasividad siguen a la razón.
No existe preferencia o aversión implicadas en el hecho de distinguir la belleza de la fealdad, no hay placer o enfado implicado en la recompensa y en el castigo.
Los nombres se indican a sí mismos, las categorías se construyen a sí mismas, los acontecimientos llegan de manera espontánea; nada proviene del ego.
Si quieres estrechar esto, ello conlleva apartarse de ello; si quieres embellecerlo, esto significa saquearlo.
La orgía celeste hace al alma más elevada, la energía terrestre hace al alma inferior; regrésalas a la sutileza recóndita, de manera que cada uno more en su parte superior y las vigile para no perderlas.
Arriba existe una continuidad con la unicidad universal, y la vitalidad de la unicidad universal conecta con el cielo.
El Camino del cielo es silencioso; no tiene apariencia ni pauta.
Es tan vasto que su límite no puede ser alcanzado; es tan profundo que no puede ser sondeado.
Está siempre evolucionando junto a la gente, pero el conocimiento no puede captarlo.
Gira como una rueda, sin principio ni final, efectivo como un espíritu.
Abierto y vacío, viaja con el flujo, siempre yendo detrás y nunca al frente.
Su manera de gobierno sensible es abrir la mente y debilitar la ambición, purificar la atención y no ser ignorante.
Esto es lo que hace que la gente coopere para progresar junta, contribuyendo cada uno con lo mejor de sus capacidades, cualesquiera que puedan ser.
Los dirigentes obtienen los medios de regular a los administradores, y los administradores obtienen los medios de cumplir las tareas de liderazgo; así es cómo se ilumina un país ordenado.