Tao Te King

«  80  »

¡Ay del pequeño país con poca población! Aunque posea aparatos mecánicos eficaces, la gente no los utiliza.

Deja que se preocupe de la muerte y se abstenga de emigrar a lugares lejanos.

Tal vez haya todavía carros y barcos, armas y armaduras, pero ninguna ocasión de utilizarlas ni exhibirlas.

Deja al pueblo volver a comunicarse anudando cuerdas.

Procura que esté contento con su comida, complacido con su ropa, satisfecho con sus casas y siga acostumbrado a sus maneras sencillas de vida.

Aunque pueda haber otro país en la vecindad, tan cercano que ambos están a la vista el uno del otro, y pueden oírse recíprocamente el canto de sus gallos y el ladrido de sus perros, no existen relaciones, y a lo largo de sus vidas los dos pueblos no tienen nada que ver entre sí.