En tiempos antiguos, los que estaban versados en la práctica del Tao no intentaban instruir a la gente, sino mantenerla en el estado de simplicidad.
Entonces, ¿por qué es el pueblo tan difícil de gobernar? ¡Porque es demasiado inteligente! Por ello, el que gobierna a su estado mediante la inteligencia es un malhechor; pero quien lo gobierna sin recurrir a la inteligencia es su benefactor.
Conocer estos principios es poseer una norma y una medida.
Mantener constantemente en tu mente la norma y la medida es lo que llamamos la Virtud Mística.
¡Vasta y profunda es la Virtud Mística! Lleva todas las cosas a retornar, ¡hasta que vuelven a la Gran Armonía!