Lo que está bien plantado no puede desenraizarse.
Lo que está bien cedido no puede soltarse.
Tus descendientes harán ofrendas a los antepasados de generación en generación.
Cultiva la Virtud en tu propia persona y se convertirá en una verdadera parte de ti.
Si la cultivas en la familia, permanecerá.
Si la cultivas en la comunidad, vivirá y crecerá.
Si la cultivas en el estado, florecerá abundantemente.
Si la cultivas en el mundo, se volverá universal.
Por ello, una persona debe ser juzgada como persona; una familia como familia; una comunidad como comunidad; un estado como estado.
¿Cómo puedo conocer el mundo? Por lo que se halla en mi interior.