Cualquier salida del Tao contamina el espíritu.
La cólera es una salida, la resistencia es una salida, el ensimismamiento en uno mismo es una salida.
A lo largo de muchas vidas el fardo de las contaminaciones puede hacerse grande.
Sólo hay una manera de purificarse de estas contaminaciones, y consiste en practicar la virtud.
¿Qué se quiere decir con esto? Practicar la virtud es ofrecer desinteresadamente ayuda a los demás, dar sin limitación alguna el propio tiempo, capacidades y posesiones, en cualquier ocasión y lugar en que se necesiten, sin prejuicio alguno relativo a la necesidad de la persona que los necesita.
Si tu disponibilidad a dar felicidad es limitada, también lo será tu disponibilidad a recibirla.
Este es el sutil proceder del Tao.