Los hombres y las mujeres que desean ser conscientes de toda la verdad deben adoptar las prácticas del Camino Integral.
Estas disciplinas consagradas calman la mente y conducen a la armonía con todas las cosas.
La primera práctica es la de la virtud indiscriminada: cuida a aquellos que lo merecen; también, y de igual modo, cuida a los que no lo merecen.
Cuando extiendes tu virtud en todas direcciones sin discernimiento, tus pies se hallan firmemente plantados en el camino que regresa al Tao.